Los artículos de broma (también conocidos como Chascos), fueron un producto que tuvo mucha aceptación a finales de los 70’s. Entre estos artículos se podían encontrar: Bombas de olor, unas ampollas que contenían un líquido con un olor insoportable; Tinta Mágica que, al verterla sobre cualquier tejido producía una gran mancha que desaparecía a los pocos segundos; Polvos Pica Pica, estos polvos hacían estornudar; Azucarillos, una vez disueltos en cualquier líquido salían a la superficie moscas o granos de café. Había otros como la sortija de agua, las placas que imitaban el ruido de rotura de cristales, dientes deformes, excrementos, mocos, dedo herido, cuchillo clavado en la cabeza y muchos más. En el envoltorio cada broma iba numerada (ejemplo: Broma nº 16) y aparecía la cara de un chino mandarín.
Plastilinas: Muy popular en los años 70. Contenía 20 barritas de plastilina de distintos colores, el envase era de plástico con tapa transparente. Con la Plastilina, se podía hacer de todo (dependiendo de las habilidades de quien la manejara), dándoles color a todas nuestras creaciones: muñecos, vasijas y sobre todo bolitas. Como dato anecdótico; se empezaba con muchos colores y una vez mezclados, la plastilina terminaba con un color grisáceo que era realmente feo.
Figuritas con purpurina: No hay mucho más que decir, simplemente, servían para decorar tapas de cuadernos, estuches, incluso en vidrios.
Pistolas de agua: Uno de los juguetes más populares de los años 70’s. Todo niño tenía una de éstas. Con ellas montábamos verdaderas batallas, terminando todos empapados de agua. Un signo característico eran los mordiscos en el tapón, que se producían cuando lo sacábamos el tapón con la boca para volver a llenarlas.
Reglas escolares: Hechas en plástico y con diferentes formas que nos servían para dibujar, por ejemplo el mapa de Argentina (dividido por provincias), los números, también con un transportador. Muy completa y demasiado útil. También, estaban las reglas con almanaques y otras más avanzadas, venían con calculadora.
Ranas metálicas: Fueron una especie de juguete o entretenimiento muy popular en los años 70’s. Presionando, una y otra vez, su fleje o lámina trasera emitía un ruido muy característico... ¡clac, clac, clac !, que fastidiaba mucho a los padres pero que encantaba a los más pequeños. Eran todas de hojalata dorada o plateada, más tarde salió una nueva versión pintadas de verde.
Spirograf: Con él, hacíamos rodar un círculo interior o exterior sobre otro círculo, que permanece fijo y colocando un bolígrafo en cualquier punto (agujero) del círculo que rueda, obteníamos bonitos dibujos. ¡Era increible!, con nuestra corta edad y los magníficos dibujos que hacíamos con varios colores o a un sólo color. También había otras versiones más económicas que se vendían en kioscos y librerías que venían en una bolsita de plástico o de celofán.
Dientes de Drácula o de vampiro: Eran de plástico y se adaptaban a nuestra dentadura. Con ellos emulábamos al personaje de Drácula. Se vendían en el kiosco. También salían en algunos sobres sorpresa o iban acompañados con otros artículos en bolsas.
Trenes de plástico: El plástico inyectado lo invadió todo desde los 60’s y el sector del juguete no fue ajeno a este nuevo material que permitía creaciones y novedades permanentes como hasta entonces no se había conocido. Pulseras, gafas de sol, cámaras de fotos, menajes de cocina, cochecitos, muñecos inflables, soldaditos y una variedad interminable de chucherías infantiles dotaban de un aspecto multicolor y abigarrado a los estantes del kiosco. Los "Trenes", fue el juguete preferido de miles de niños.
Lanza aviones: Consistía en un avión y un palito con una goma, ésta se enganchaba en el avión y lo lanzaba a varios metros de distancia. Este juguete se hizo muy popular y salieron al mercado varios modelos: avión de corcho, avión de madera muy fina y de plástico. Los niños y niñas jugaban con él a los lanzamientos; el que más lejos lo enviara ese era el ganador. Arma Arma click: Unas cajitas en las que venía un rompecabezas que se armaba corriendo uno por uno, ya que venía un espacio vacío y servía para ir cambiando las posiciones hasta armar la figura.
Yo-Yo Russell: Se vendía como el Legítimo yo-yo. 2 tapas que por su costado, iba enrollado un cordón largo y terminaba en un nudo para poner nuestro dedo y al bajarlo y lanzarlo con fuerza (más la imaginación y habilidad de cada uno), se podían hacer figuras, como: El columpio, el Perrito, la Vuelta al Mundo, etc.
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