TIC TAC TOE: Simple, sin enchufes, sin plugins, sin necesidad de agregarle otra cosa que no sea agua destilada, elemento no vital. De cuando te podías pasar horas y horas viendo subir y bajar unas bolitas para lograr un solo cometido, hacer ta-te-ti. También existían juegos similares en donde se debía sumar la mayor cantidad de puntos acomodando las bolitas en diferentes niveles, como también estaba otro juego acuático en el que había que embocar unas argollitas en unos palitos y demás.Intensos minutos de diversión sin depender de que haya energía eléctrica.
Que si era multiplayer? Por supuesto, con solo pasárselo a tu amigo más cercano, podías tomar el tiempo para ver cuanto tardaba él en completarlo y luego tratar de superarlo. Más de uno habrá tenido la fantasía de guardar un pescadito dentro e incluir una emoción extra al juego. Pero no, esos pequeños animalitos tienen mil maneras distintas de divertirse y ninguna de ellas incluye al TIC TAC TOE. Además, te quisiera ver sumergido involuntariamente en un hidromasaje (si es que eso puede suceder) y que te aporreen con unas pelotitas dale que dale todo el día. Eso es justo? En el mundo de los pececillos no.
DIGITAL DERBY: El año 1978 fue un gran año para los juegos portátiles. Pero para la innovación completa y el placer de jugar, Digital Derby de Tomy's fue rey. También vendido como Sears Grand Prix, Digital Derby le puso detrás del volante de un coche de gran rendimiento de la carrera. Los choques, encendido por el resplandor rojo siniestro de una bombilla de linterna dentro del sistema, desvastaban, especialmente si usted competía contra uno de sus hermanos sádicos. De todos los juegos portátiles, el moler, el zumbido que engrana, hace crujir el Digital Derby y es muy probable que cause un efecto que inunde el cerebro de recuerdos de cuando éramos niños y nos divertíamos con algo tan simple para esta era, pero en aquel entonces, nos creíamos estar en pleno año 2000.
LA LEYENDA DEL SAPO: Una antigua leyenda señala que los Incas veneraban a los sapos por sus poderes mágicos. En días festivos, se arrojaban piezas de oro a los lagos, siendo que si un sapo saltaba y 'comía' la pieza, éste se convertía en oro y se le concedía un deseo al tirador. Esta leyenda se materializo con el tiempo en la forma de un popular juego latinoamericano donde es deber del jugador tirar monedas en una mesa con diferentes cavidades donde una de ellas tiene a un 'sapo' como receptor. Quien le emboque al sapo, será el ganador. El juego del Sapo goza de gran popularidad en Argentina y fue el mismo espíritu festivo de aquella leyenda vinculada al arte de jugar que nos llevó a nombrar este premio en homenaje a este mítico juego que pertenece a nuestra idiosincrasia lúdica. Insert Coin!
DIGITAL DERBY: El año 1978 fue un gran año para los juegos portátiles. Pero para la innovación completa y el placer de jugar, Digital Derby de Tomy's fue rey. También vendido como Sears Grand Prix, Digital Derby le puso detrás del volante de un coche de gran rendimiento de la carrera. Los choques, encendido por el resplandor rojo siniestro de una bombilla de linterna dentro del sistema, desvastaban, especialmente si usted competía contra uno de sus hermanos sádicos. De todos los juegos portátiles, el moler, el zumbido que engrana, hace crujir el Digital Derby y es muy probable que cause un efecto que inunde el cerebro de recuerdos de cuando éramos niños y nos divertíamos con algo tan simple para esta era, pero en aquel entonces, nos creíamos estar en pleno año 2000.
LA LEYENDA DEL SAPO: Una antigua leyenda señala que los Incas veneraban a los sapos por sus poderes mágicos. En días festivos, se arrojaban piezas de oro a los lagos, siendo que si un sapo saltaba y 'comía' la pieza, éste se convertía en oro y se le concedía un deseo al tirador. Esta leyenda se materializo con el tiempo en la forma de un popular juego latinoamericano donde es deber del jugador tirar monedas en una mesa con diferentes cavidades donde una de ellas tiene a un 'sapo' como receptor. Quien le emboque al sapo, será el ganador. El juego del Sapo goza de gran popularidad en Argentina y fue el mismo espíritu festivo de aquella leyenda vinculada al arte de jugar que nos llevó a nombrar este premio en homenaje a este mítico juego que pertenece a nuestra idiosincrasia lúdica. Insert Coin!
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